La niña que pisó el pan


Es la historia de una muchacha muy pobre. Inger de pequeña era bastante orgullosa, arrogante y con mal fondo, su diversión era maltratar a los insectos, cazarlo e insertarlos en alfileres.

De mayor fue a servir a casa de gente distinguida que la trataron como si fuera su propia hija. Como tal la vistieron y educaron, su soberbia fue creciendo al encontrarse bella y distinguida.

Tras un año de trabajo, los señores de la casa le dijeron a la joven que porque no iba a visitar a sus padres. Para ello Inger se puso su mejor traje y encamino sus pasos hacía la morada donde vivían sus viejos. Al llegar y ver a los jóvenes del pueblo hablando, y a su madre descansando en una piedra tras haber recogido leña en el bosque, la muchacha se sintió tan avergonzada que se dio media vuelta y volvió a casa de sus señores, sin dar explicaciones.



Paso el tiempo y los señores le insistieron para que fuese nuevamente a la casa de sus ancianos padres, en este caso le entregaron una hogaza de pan para que lo llevará como ofrenda. La joven volvió a vestirse con sus mejores galas y, se puso los zapatos nuevos que la señora de la casa le había regalado.

Por el camino a su casa tuvo que traspasar un páramo pantanoso, su gran dilema eran los zapatos, fue entonces cuando se la ocurrió tirar la hogaza de pan al suelo y ponerla como alfombra para resguardar sus zapatos nuevos. Al hacer esto se hundió hasta el fondo, y llegó hasta el mismísimo infierno. Allí pasó tiempo petrificada y dolorida mientras en la tierra se contaba su historia. Los lugareños la trataban como un ser espantoso, lo cual le hacia más daño.



Un día los señores de la casa contaron la historia de Inger a su nieta, la pequeña comenzó a lamentarse de la joven, pasó el tiempo y esa niña se convirtió en anciana, llegado el momento de su muerte, la anciana no paraba de sollozar por los errores cometidos por Inger.

Fue entonces cuando preguntó a Jesús si ella misma no hubiera hecho algún tipo de error como aquella muchacha, al ver esto se lamentó tanto que pudo escapar del infierno convertida en pájaro, y cada vez que se hacia una buena obra los pájaros cantaban.

En otro lugar, Inger se volvió buena y servicial en su nueva vida, compartiendo con los demás pájaros el alimento que los humanos les dejaban para pasar el duro invierno.

Y colorin colorado el cuento se ha acabado, pero para terminar, la moraleja has de encontrar.


Homenaje a un gran hombre que contaba cuentos .. Nos vemos !!


HANS CHRISTIAN ANDERSEN.
Contado por Balovega.
Caricatura de Leonten.

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COMENTARIOS

14 comentarios:

Unknown dijo...

Que bonita historia nos compartes, me ha gustado mucho leerla... Sin dudas en algún momento de nuestras vidas fuimos Inger, pero seguramente Dios estuvo allí para abrirnos paso en el camino del arrepentimiento y modificar nuestras acciones egoístas...

Felicitaciones por esta entrada con tanto sabor a conciencia!!!

Besos y saludos sinceros.

Anónimo dijo...

Linda história e com uma mensagem de que não devemos desprezar os que menos tem, antes ter orgulho na sua família. Bjo.

Cantares dijo...

Precioso, me hiciste recordar tiempos lejanos.
Gracias! Besos

Alijodos dijo...

SER INGER LO HABREMOS SIDO EN MUCHOS MOMENTOS PERO LO IMPORTANTE ES ENCAUZAR TU VIDA HACIA LO QUE VERDADERAMENTE IMPORTA: LA PREOCUPACION Y EL SERVICIO PARA CON LOS DEMAS..ME HA ENCANTADO EL CUENTO..UN BESO BALO

Dean dijo...

La historia no puede ser más actual, lo veo a diario, la gente siempre da prioridad a las cosas que posee, pocas personas espirituales se encuentran hoy día, la mayoría son materialistas por esencia, aunque lo nieguen o ni siquiera se den cuenta de que así son sus vidas.
Un saludo.

Tintero creativo dijo...

El egoísmo, la soberbia el dar prioridad a cosas que deberían estar en el último lugar que pena, cuando se maltrata a un animal algo malo hay en el corazón es muy triste, no somos más que los animales a veces somos más inhumanos que ellos, gracias por comparatir la historia

El Ente dijo...

Te aplaudo amiga Balo por esta nueva entrada que como todas me encanta!!

muchos besos!!

José Luis López Recio dijo...

Me ha encantado leer el cuento. Sin duda uno de los mejores creadores de cuentos de la historia.
Un abrazo

Amig@mi@ dijo...

Verdad que los cuentos antiguos tienen un algo especial aparte de las ilustraciones que ME ENCANTAN???
Muy linda historia Balo,
Gracias.

Sonix dijo...

Muy bonita la historia, sin duda todos tenemos en algún momento mucho o poco de Inger, la cuestión es darse cuenta o que nos lo hagan ver, y no hacer sufrir a los demás.
Un abrazo y gracias por la historia!

Montse dijo...

Una historia preciosa y muy actual. Quién no se ha cruzado o ha sido Inger en algún momento????

Un placer, como siempre, leerte.

Besitosssss

mamen dijo...

Muy triste, pero aleccionadora, hay muchas inger sueltas por el mundo, un besito ya de vuelta a casa

Montse. dijo...

Por desgracia, hay much@s Ingers, egoistas, que se averguenzan de los demás sin ver sus propios defectos. Tendriamos que ser mas humildes y menos egoistas, mas humanitarios don tod@s. Besitos.

Almudena dijo...

Gracias por llevarme de nuevo a los años de mi infancia. Tengo que desempolvar esos cuentos.

Besucos.

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