El caimán .. segunda parte


Dirigíase enseguida a la orilla, sujetando el cabo de la soga, que enlazaban en un árbol y tiraban con fuerza hasta que lograban hacer salir al cocodrilo del agua, rematándole a golpes. otras veces atravesaban el palo de doble punta en el cuerpo de una jutía, que dejaban en la orilla, salía el saurio y pretendía engullirse la presa, logrando solo clavarse en las mandíbulas el palo, quedando a merced de los indios que le atacaban y mataban.

Cuando la conquista de Cuba por Diego Velásquez, en 1511, los españoles solo vieron estos reptiles en el río Cauto y sus afluentes. No se conservan citas de la época de la conquista, que acrediten la existencia de dichos animales en otros lugares, sin embargo, es de creer que abundaran en la región de Jagua, famosa por su caimanera.



En los primeros años de fundación de Fernandina de Jagua, desde 1819 hasta bien entrado el 30, los terratenientes y vecinos que habitaban los terrenos limítrofes a la naciente población, y sobre todo los que residían en la zona Sureste, que comprendía poco más o menos el espacio limitado hoy por las calles de San Carlos al Norte y la de Vives al Oeste, fueron víctimas de las fechorías de un gran caimán que tenía su madriguera en el arroyo que, transformado en zanja, ocupa en la actualidad la calle de Dorticós.



Periódicamente, con regularidad desesperante, los pobres vecinos veían desaparecer sus aves, ganado vacuno, de cerda, y caballar. Al principio creyeron que se trataba de gente de mal vivir, que aprovechaban las sombras de la noche para apropiarse lo ajeno. Observaron, no obstante, que las aves o reses que dormían dentro de cercas o bajo techado, no desaparecían y dedujeron que el ladrón no debía ser precisamente un hombre, a quien le hubiera sido fácil apoderarse también de los animales que estaban dentro de las cercas.

Dándose cuenta de la existencia de un enorme saurio, dedujeron que él y no otro era el autor de las fechorías nocturnas para saciar su voraz apetito. tomaron algunas precauciones sin gran resultado. El único medio preventivo consistía en encerrar a los animales, pero no todos los vecinos estaban en condiciones de hacerlo, aparte de las molestias y pérdida de tiempo que la operación exigía. Reunidos para considerar sobre asuntos de tan vital interés, acordaron como medio más rápido y expedito tratar de descubrir al malhechor y darle su merecido.



Los más perjudicados de los vecinos, llevando a la cabeza a Monsieur Bonón, pusiéronse una noche al acecho, a poco, ruido de ramas que se rompen, pasos torpes de alguien que se avecina y entre las sombras les pareció ver las enormes mandíbulas del saurio y oír el rechinar de sus dientes que trituraban los huesos de alguna víctima.

Continuará ... Nos vemos !!

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COMENTARIOS

17 comentarios:

Dav dijo...

Amiga Balovega, pasar unos minutos leyendo en tu blog es relajante, haces que esos minutos hagan olvidar un poco la vida diaria, que la verdad, es muy estresante, y a su vez aprendes cosas nuevas.
Saludos

Cantares dijo...

El video no lo miro, me impresionan estos animalitos almorzando :)
Pensar que la industria de la moda està acabando con ellos.
Muy interesante, espero la continuaciòn. Besos

josefina dijo...

Ufff, los cocodrilos y caimanes me dan pavor.
Claro que ellos atacan por su subsistencia y no distinguen entre especies.
Un beso Balo

Montse. dijo...

Son animales que a los que tengo mucho respeto y miedo, esas mandibulas, uffff,me dan repelus,esas aves que engullen, solamente són un pequeño aperitivo para ellos, Besitos

anapedraza dijo...

¡Hola Balovega!

Nos dejas con la miel en lo labios... joooo!!!

¡Un besazo!

MIGUEL

P.D. A mi estos bichos no me gustan...

Julio dijo...

Me encantan esos vídeos de animales en plan depredadores; y casi todo lo que tenga que ver con la naturaleza, aunque los documentales de La 2 sean un poco aburridos, tenían su aquel y alguno te dejaba enganchado. Lindas las dos partes; concluyo con... ¡se va el caimán, se va el caimán, se va por la barranquillaaaaa! ^_^

Tatiana Aguilera dijo...

Temo a los caimanes, cocodrilos, en verdad les tengo pánico,por suerte en mi país los veo sólamente en los zoológicos. En todo caso, me entretuve leyendo tu escrito.
Un abrazo.

José Luis López Recio dijo...

Qué miedo tenían que pasar al ver a un caimán por allí.
Una gran entrada y me quedo expectante para para leer la próxima.
Un abrazo

Dean dijo...

Muy agradable la historia, me quedo esperando la continuación soy como un niño chico con estas cosas.
Un saludo.

Amig@mi@ dijo...

Muy bueno Balo, ya sabes que me encantan estos temas de animales y ...
¡¡Qué valor los repartidores de pollos!!

Sanchete dijo...

Que gran blog acabo de descubrir, desde hoy tienes un fiel seguidor más!

http://www.unavidadefieras.com

Anónimo dijo...

Hola Balo!!..me has dejado en lo mejor, estaba insimismado leyendo y de repente,.ploff! se termino. Espero con ganas la siguiente parte. Muy bonito relato Balo, sumamente interesante y ameno.
Besos!!

La Gata Coqueta dijo...

Gracias precioa!! Y buenas noches, madrileñas.

Marí

/ dijo...

NI LOCO PODRÍA HABER VIVIDO AHÍ, LES TENGO TERROR! Me encanta la historia, muy bien contada! A esperar como sigue!!

BESOTES!!

Allek dijo...

Precioso caiman...
un abrazo!

trinchera dijo...

Que buena investigacion has hecho, muy bueno. Espero tambien la continuación. Un saludo.

Jose Jaime dijo...

Me espero a la continuación, muy buena recopilación.

Abrazo

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